Semana del Niño
A primeros de agosto a Añavieja llega el stress. Un pueblo en calma durante todo el año, al que deseamos llegar los que por alguna razón vivimos entre ruidos de coches y lejos de nuestras gentes.
Al llegar el verano, al pueblo, ¡guay! Si vienes a descansar procura venir en julio, pues en agosto todo cambia. Los niños, sus risas, sus gritos, sus juegos, y como a principios de agosto vienen todos… no se nos ocurre otra cosa que llenarnos de actividades. Como ves… la calma se rompe.
Cada mañana, ¡a levantar chicos! que hay que bajar a las escuelas, y allí comienza todo.
En el 2015 nos pusimos a prepararla con la intención de trasformar algo, que no se quedara en una mera relación de actividades para los más pequeños, sino que los más mayores participaran y pudiera ser una semana para todos, los mayores enseñando a los pequeños, así todo el pueblo bocabajo… Rocío con el recorrido de localización de puertas, Alberto mostrando los misterios de las abejas, todos flipaban… David con la pelota a mano, Maruja con los rincones de la iglesia, Narci con una bella sanjuanera. Ramiro con su lectura de poemas y Araceli mostrando las maravillas de su huerto… y así todos estresados. ¿Nos dará tiempo a preparar la comida? Se preguntó más de alguno.
Comenzamos con la tradicional limpieza en brigadas del entorno del pueblo y análisis de la basura recogida. Más de una sorpresa nos llevamos los adultos… Luego merienda para los participantes.
Visita al museo antropológico de Ólvega, excursión a la mina Petra y comida campestre nos ocupó el día siguiente apurando las horas para iniciar la preparación de las obras de teatro y bailes etc. Unos con los disfraces, escenario… El tiempo no acompañó y la popular acampada quedó en el tintero… pero siguió el fútbol, la escenificación de las obras de teatro y bailes. Nuestros artistas como siempre, con gran nivel.
Y que mejor final que una comida en comunidad, macarrones que les gustan a todos… y el broche final, con la lectura de la valoración de la semana realizada por los peques… ¡Eso sí que despertó más de una carcajada!
El día 8 de agosto del 2015 se realizó una visita organizada por la Asociación de Amigos de Añavieja a dos lugares emblemáticos de la cercana localidad de Ólvega. Esta Jornada fue una de las actividades que se llevaron a cabo dentro de la Semana del Niño. Participamos en ella unas cuarenta personas entre adultos y niños.
Por la mañana nos recibió en su casa José “El zapatero Remendón”, apodo por el que conocen a esta persona todos los olvegueños. José ha dispuesto en su casa todo un museo. Descubrió e inició su afición con 69 años y comenzó a realizar todo tipo de miniaturas relacionadas con oficios tradicionales y construcciones de su pueblo y de otros. Tiene aproximadamente 3.000 piezas que son réplicas exactas de lugares y utensilios de antaño. Para realizar la visita nos dividimos en dos grupos ya que el local era pequeño. El grupo que no entraba tuvo la oportunidad de visitar la Casa de La Juventud de la localidad.
A todos nos encantó este museo por la originalidad de sus piezas. Los niños mostraron una curiosidad especial y realizaron bastantes preguntas, y a los adultos nos resultó admirable el gran talento de José, el artesano de miniaturas de la Plaza de la Picota de Ólvega.
Después nos dirigimos al Molino de Almagre, paraje donde comimos, que está situado a unos 2 km de la localidad. En este lugar se molía antiguamente el mineral con las aguas del manantial de Vomitrosa. Aquí nos relajamos y recuperamos fuerzas para la tarde.
Ya por la tarde visitamos la Mina Petra. Lo hicimos en compañía de un lugareño que nos explicó sobre el tema. La mina está situada en la Sierra del Madero al sureste de Ólvega y estaba unida a ella por el ferrocarril sobre los años 50, abandonándose la explotación sobre los 90. Hoy es la ruta verdea la que llaman de la Vía Vieja. En ella se extraía mineral de hierro, uno de los mejores oligistos de Europa. Tuvimos que dejar nuestros coches en la parte de abajo y después ascendimos a pie a la parte principal. A los niños les llamó mucho la atención las piedras y su color rojizo. Nuestro acompañante les explicó que las mejores piedras eran las más brillantes y las más plateadas. Se pasaron el camino recogiendo y seleccionando piedras que regresaron con ellos Añavieja.
Todos disfrutamos mucho y en especial los niños. Nos llamó mucho la atención la laguna que se forma en la zona de la excavación, pues parece ser que al ubicarse en la fractura de una falla emana fluido y este se acumula.
Resultó ser un día estupendo, en el que aprendimos cosas nuevas, convivimos niños y mayores, y disfrutamos juntos del entorno.